La investigación de nuestros historiadores indica que ninguna de las versiones está probada. Varios de los investigadores del tema tuvieron distinta versión, pero ninguno pudo demostrar fehacientemente lo expuesto. Lo cierto es que La Matanza no pudo haber sido consecuencia de un hecho feliz.
Tanto el Dr. Benigno T. Martínez como el Dr. Cervera coinciden en la imposibilidad de convivencia entre el colonizador y el aborigen. Los primeros llegando desde Santa Fe y Buenos Aires. Los otros, defendiendo la tierra que poseían naturalmente. Ese es el hilo conductor de las hipótesis preponderantes, por otra parte fácilmente creíbles. Se habla de tribus de “minuanes” que habitaban la región y se resistían a compartir sus territorios y sus vidas con los desconocidos recién llegados.
La disidencia con estos historiadores apunta a que sitúan el hecho entre 1718 y 1720, ya que minuciosos estudios realizados posteriormente dan cuenta de la imposibilidad de la presencia de españoles en ese tiempo y lugar.
El Dr. Martín Ruiz Moreno también se refiere al hecho, y tampoco hace referencia a fuente documental alguna. Dice que “en 1728 moraban en aquél lugar varias tribus de indios minuanes, cuyo asiento principal eran las altas colinas (...) que reiteradas veces habían rehusado someterse a la jurisdicción del gobierno general. El Sr. Godoy, con una fuerza de más de trescientos hombres, intimó al sometimiento al jefe de todas las tribus y éste, habiendo deliberado con sus capitanejos, rechazó las exigencias del comisionado del gobierno, presentando en batalla todas sus fuerzas reunidas que, según la tradición, pasaban de dos mil. Triunfó el Sr. Godoy, a costa del sacrificio de mucha parte de su fuerza, exterminando por completo a los salvajes. La batalla final tuvo lugar en los alrededores de una altísima colina denominada Cerro de La Matanza, que dista poco más de una legua del centro de la ciudad de Victoria...”. Algunos datos son coincidentes, pero en 1728 no existía el virreinato.
Dicen nuestros Historiadores que el Dr. César B. Pérez Colman se limita a repetir las referencias de los autores mencionados, con sus dudas lógicas, expresando: “Mis investigaciones en los archivos de Santa Fe, Buenos Aires y La Plata han sido totalmente infructuosas”.
En publicaciones de más reciente data, “Dos siglos de vida entrerriana”, de Aníbal S. Vázquez, se expone esta nueva hipótesis: “En cuanto al primitivo nombre de Victoria habría sido tomado del arroyo La Matanza, así llamado a raíz de un sangriento combate desarrollado en 1749 entre tribus charrúas y tropas del Teniente Gobernador de Santa Fe, Don Francisco Antonio de Vera y Mujica y en el cual los aborígenes resultaron derrotados con apreciable mortandad de hombres”.
No hay tampoco en el contexto referencia documental.
Los documentos oficiales no arrojan ningún dato interesante, excepto el hecho de aparecer mencionada por primera vez La Matanza en un documento eclesiástico de 1799. También se puede afirmar que el “Cerro de La Matanza” fue el lugar elegido por los primeros habitantes de esta zona.
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